Partido de la copa italiana que se jugará a las 20:45 h.
Según las estadísticas, al Milán no se le dan bien estos partidos. Como es evidente, yo no estoy de acuerdo. Creo que el Milán puede hacer un buen partido. Si obviamos el derbi, porque un derbi siempre es un derbi y el resultado es incierto, al equipo rossonero le ha ido bastante bien en este 2020. Nunca hay que desconfiar del abuelo Ibra, que ya lleva dos goles. No sé cómo lo consigue este tipo, que es polémico, fanfarón y casi un virus en el vestuario, pero el caso es que siempre consigue que sus goles sean importantes. Hoy puede ser uno de esos días, porque el Milán tiene una plantilla descompensada, en mi opinión, pero en modo alguno está exenta de calidad.
Recibir a la Mafia Signora siempre es un problema. Le piccole mafiose llevan una mala racha como visitantes, por lo que hoy saldrán como salen siempre: a avasallar, sin pizca de consideración ni respeto por la capacidad del rival. También tiene una plantilla de calidad, qué duda cabe, pero está cometiendo un error terrible que le está pasando factura y, por lo que se ve, nadie se da cuenta de ello. Ese error fatal ya lo pago el adalid de la cristiandad, la inmaculada venganza de los hombres justos, la nívea espada del apóstol Santiago: el Madrid. Me parece increíble que los entrenadores de primera división sean tan estúpidos. El error es anteponer los intereses de un violador impune a los del equipo. Esto es, la Juve ha empezado a jugar de manera descarada solo para el hombre más importante de la historia de la humanidad y violador impune. Ha anulado a hombres como Dybala o Douglas Costa, que por cierto, hoy no estará. Es tanto el descaro que en el partido que nos ocupa se prevé que Sarri pueda alinear a Cuadrado en el lugar de Costa, en lo que es una medida completamente descabellada, que tiene como único objetivo darle más importancia y presencia a la diva portuguesa. Desde que era pequeño y jugaba al fútbol, me repitieron una y otra vez que el equipo, más aún el club, está por encima de cualquiera; que las individualidades excesivas acaba pagándolas el equipo. Al parecer, una premisa tan clara y tan sencilla es inabarcable para entrenadores de primera división. Increíble.
Como hemos visto, los números goleadores del único que importa en todo Turín han aumentado ostensiblemente, pero, a la vez, hace una década que la Juve no pierde con tanta frecuencia. Esto es consecuencia directa de la política del club, y esta situación puede pagarla a manos de un hombre como Ibrahimovic, especialista en aprovechar tal descontrol.